El fascismo no solo se viste de uniforme: también se disfraza de indiferencia, de desconfianza entre vecinos, de miedo a soñar juntos. Pero donde hay pueblo organizado, conciencia crítica y solidaridad activa, el autoritarismo se quiebra.
Hoy más que nunca, cada voz, cada acción colectiva, cada gesto de cuidado mutuo es un acto de resistencia.
No estamos solos: estamos tejidos en la historia de quienes lucharon antes que nosotros… y en la esperanza de quienes vendrán después.
¡Resistir es construir el mundo que queremos, aquí y ahora! 💪✊